El caso para cambiar | Noviembre 2012
El riesgo de desastres se está incrementando rápidamente. Los más pobres y vulnerable son quienes más sufren. Muchas amenazas son ahora más frecuentes y menos predecibles como resultado del cambio climático. Al mismo tiempo, la degradación ambiental deteriora la capacidad de la naturaleza de autoregularse y proveer alimento y agua. El resultado es que más personas se encuentran atrapadas en el círculo vicioso de la pobreza, el riesgo y la vulnerabilidad, lo cual conlleva a pérdidas económicas y causa costos mayores para la rehabilitación con la ayuda de gobiernos y agencias.
Fortalecer la resiliencia es clave para romper este ciclo. Los esfuerzos actuales por reducir el riesgo o la adaptación al cambio climático se planifican en sectores distintos y los resultados de las acciones individuales son menores que la suma de todas las acciones en conjunto. Además, hay una falta de compromiso a nivel local, donde los desastres son mayores y podrían llevarse a cabo las intervenciones más efectivas para reducir el riesgo. La Alianza por la Resiliencia (PfR, por su sigla en inglés) ha reconocido la necesidad de cambiar el curso urgentemente. Siendo el primer programa de su tipo a gran escala, unimos nuestra experiencia de manera holística.
Creemos que nuestra visión de resiliencia es la forma de avanzar hacia un rango mayor de inversiones para la reducción de riesgo de desastres. Pone a las comunidades en el centro, al empoderarlas y fortalecer sus medios de vida; conecta disciplinas al combinar las fortalezas de organizaciones que trabajan en asociación, expande su enfoque al abarcar ecosistemas más grandes, considera plazos más amplios, además conecta los enfoques humanitarios y de desarrollo.